¿QUIÉN ES DIOS PARA MÍ?
Tenemos un sistema de respuestas prefabricadas ante cualquier cuestionamiento de fe. ¿Quién es Dios? Fácil: mi Padre, mi Señor, mi Salvador, etc. Pero, ¿qué hay de la experiencia cotidiana? ¿Cómo expreso a Dios con mis palabras desde mi realidad y contexto?
Las figuras sobre Dios que encontramos en las
Escrituras responden a las experiencias de sus autores. Por ejemplo, el
salmista ve a Dios como su pastor porque desde su realidad esta imagen le
es familiar y significativa para expresar su experiencia de Dios.
Similar ocurre con las parábolas de Jesús. El mensaje
es significativo para su audiencia porque han experimentado en sus propias
vidas las historias contadas por el nazareno. Pan con levadura, un sembrador, jornaleros
en busca de su diario sustento, etc.
¿Y nosotros? ¿Estamos haciendo el ejercicio de vivir,
experimentar y expresar a Dios desde nuestra realidad? ¿O seguimos repitiendo
frases hechas que carecen de significancia para nosotros y nuestro contexto?
Es una difícil pero hermosa tarea la de poder experimentar y expresar
a Dios en términos que sean reales y cercanos. Es un camino
necesario para que nuestra fe y espiritualidad sean vividas de manera más
genuina, honesta y trascendente.
Si Dios ha acontecido en tu vida y lo sigue haciendo, te invito a observar con tus propios ojos en qué contextos lo hace, para desde ahí expresarlo. Distanciémonos de los clichés y dejemos de expresar a Dios desde experiencias ajenas. Acerquémonos a Él desde nuestra realidad para decir junto a Job: te conocía de oídas, pero ahora mis ojos te ven.
Comentarios
Publicar un comentario