CONFIGURADOS A CRISTO
Dios no se transformó en una idea, un principio, un
programa, una ley ni algo universalmente válido. Dios se hizo hombre. Semana
Santa parece ser el momento ideal para reconocer claramente la figura que
Cristo ha tomado: la del encarnado, del crucificado y del resucitado.
Ser configurado al encarnado significa ser el hombre o
la mujer que en realidad se es. Apariencia, hipocresía, violencia, ser algo
distinto, incluso algo mejor o ideal de lo que se es, todo queda aquí
eliminado. Dios ama al hombre real, pues Dios se hizo hombre real.
Ser configurado al crucificado significa ser juzgado,
llevar humildemente en cuerpo y alma las cicatrices del pecado. Se puede
excusar el pecado de los demás, pero jamás el propio.
Ser configurado al resucitado significa ser hombre y
mujer nuevo ante Dios, vivir en medio de la muerte, ser nuevo en medio de lo
viejo. Vivir porque Cristo vive, sin poner empeño en distinguirse de los demás,
sino sólo en reflejar a Cristo a los demás.
Bonhoeffer nos dirá que podemos ser como Cristo fue,
porque él fue como nosotros somos. Ser portadores de la imagen de Cristo es ser
hombre real como Cristo, quien vivió entre la gente, llevó esperanza, sanidad,
libertad, amor y reconciliación.
Comentarios
Publicar un comentario