AUTOAYUDA CRISTIANA

 

Innumerable son los cristianos que predican un evangelio que promueve el éxito y el triunfalismo, rebajando el mensaje de Jesucristo a la autoayuda. ¿Qué podemos decir al respecto?

La autoayuda tiene el propósito de motivarnos a creer en nosotros mismos para triunfar en la vida, convencidos de llegar a ser ganadores a toda costa. Cada vez son más quienes utilizan la Biblia para promover dicho triunfalismo. Filipenses 4.13, Romanos 8.28, Marcos 9.23, entre otros, se han convertido en la punta de lanza de estos predicadores. Y claro, es fácil tomar un versículo suelto y hacerlo decir lo que nosotros queremos que diga.

Es por eso que tomar los mensajes de autoayuda y disfrazarlos de Evangelio es tanto peligroso como malévolo.

Las enseñanzas de Jesús no comulgan con la autoayuda. Si Jesús hubiera seguido los principios de autoayuda, seguramente habría aceptado la proclamación de Mesías por parte de la multitud recién alimentada. O se hubiera lanzado de la parte más alta del templo para llamar la atención de todos. ¿Quién se habría resistido a creer que Jesús era el Hijo de Dios ante semejante show mediático? Éxito garantizado.

Sin embargo, transformar el mensaje de Jesucristo en una mera lista de consejos de autoayuda es menospreciar su Evangelio. Honremos las enseñanzas paradójicas del Maestro, cuyo corazón se encuentra en la entrega desinteresada hacia el otro. ¿Quieres ganar? Da. ¿Quieres tener victoria? Pierde. ¿Quieres ser el primero? Sirve. ¿Quieres vivir? Muere.

El Hijo del Hombre no vino para que le sirvan,

sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud.

Mateo 20.28

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