FE EN EL PASADO


En los últimos días de Diciembre abundan las expectativas para el nuevo año, donde muchos ponen su fe en que las cosas serán mejor. Esto en particular parece ser una práctica muy recurrente, el que nuestra fe nos lleve hacia un futuro que no vemos. Sin embargo, me atrevo a decir que la fe debe tener más relación con lo vivido que lo por vivir.

El libro de Hebreos define la fe como la certeza y convicción por un futuro desconocido. Desde ahí muchos han hecho doctrina de una fe ciega, que sólo espera el porvenir de convicciones personales. No voy a referirme al problema de malinterpretar la Biblia sacando pasajes de sus contextos. Pero les pregunto honestamente, ¿creen que podemos hacer doctrina exclusivamente a base de un versículo, que además pertenece a un libro mucho más extenso, el cual a su vez pertenece al Nuevo Testamento, que al mismo tiempo pertenece a la Biblia, la cual está compuesta por más de 60 libros diferentes entre sí? Indudablemente es irresponsable hacerlo.

A pesar de ello, muy a menudo recurrimos a nuestra fe y en oración esperamos recibir un favor de Dios, un milagro, un mejor año, algún anhelo personal, y un sinfín de deseos que pueden ser muy piadosos sin duda. Sin embargo, si queremos entender y vivir mejor la fe cristiana necesitamos relacionar nuestra fe más con el pasado y menos con el futuro.

Y esto no es algo antojadizo, sino que encuentra su fundamento en las Escrituras y en la historia del cristianismo. La fe cristiana es la creencia que tenemos al escuchar la Palabra de Dios, la cual fue ya pronunciada en el mensaje de Cristo (Ro 10.17). La fe cristiana es fruto de un acontecimiento pasado (1 Co 15.14). La fe cristiana nos invita a mirar la obra de Cristo y replicarla en nuestras vidas (1 Co 11.23-26). La fe cristiana nos hace mirar nuestro pasado y resignificarlo, considerando la intervención divina en él (1 Cro 16.7-36). Cuando vivimos la fe cristiana auténticamente, podemos observar el obrar de Dios y contar las bendiciones que, muy probablemente, no fuimos capaces de reconocer en su momento.

He aquí el meollo del asunto. Si la fe no nos lleva a considerar a Dios en nuestro pasado y así actuar en consecuencia, entonces nuestra fe no es la de Cristo. Por eso dejemos de utilizar la fe como amuleto para recibir algún deseo futuro, y comprendamos cómo Dios ha ido obrando en nuestra vida. La fe trata menos de profecías y deseos futuros y más de resignificar nuestro pasado. De esta manera lo presente y lo por venir serán enfrentados desde la experiencia con lo divino.

La invitación en este fin de año no es que dejes de soñar ni que renuncies a tus expectativas para el nuevo año. Sino a vivir la fe cristiana de manera más íntegra, seria y responsable. A mirar este año que finaliza y poder ver dónde y cómo estuvo Dios, y dónde tal vez no lo viste y sigues sin verlo. Probablemente así podremos poner nuestra fe al servicio de otros para que también ellos puedan ver a Dios obrando en sus vidas a través de nuestro actuar.

Acordaos de las maravillas que él ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca.

Salmo 105.5

Comentarios

  1. Como bien dices la fe tiene más que ver con lo vivido.
    Si hemos aceptado que el sufrimiento es parte fundamental del crecimiento. Que solo a través del dolor somos capaces de ver lo sé esconde detrás de lo cotidiano, de lo que se ve a simple vista, si hemos dejado al alma sentir cada lucha y al final dejarse caer para luego resurgir entonces también podemos declarar con "certeza" que en ese lugar oscuro Dios ha estado presente. Que al mirar atrás nos hemos sabido amados, consolados, fortalecidos y sin duda llevados a nuevos campos de conocimiento y crecimiento personal en este infinito encuentro con el Creador.
    Gracias nuevamente por tus reflexiones querido Esteban

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sin duda que al mirar atrás los momentos dolorosas y de dificultades podemos luego recibir el aprendizaje y el consuelo necesario. Sin embargo, me atrevo a decir que no sólo en las dificultades podemos ver el obrar de Dios en nuestras vidas. He ahí el desafío. Ver a Dios cuando todo va bien, cuando no lo necesitamos.

      Gracias por pasar a leer y comentar.

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas populares