¿IGLESIA?
¿Qué es la iglesia?
¿Es una
institución instaurada por Cristo, por la tradición, por el Imperio Romano?
Esta institución, ¿cuánto tiene de los valores establecidos por Jesucristo? ¿Cuánto tiene de los valores institucionales imperantes en el mundo occidental?
¿Qué es la iglesia para mí?
¿Es el espacio
para encontrarme con Dios?
¿Es el lugar
donde me siento cómodo pues, entre oras cosas, puedo escapar aunque sea momentáneamente
de mis problemas y realidades?
¿Es donde mis
necesidades espirituales e incluso físicas son satisfechas; donde me ayudan a
vivir mi salvación y relación personal con Dios?
¿Es el lugar
donde me gusta estar porque “siento” la presencia de Dios; “siento” que Dios me
habla; “siento” que no estoy solo; “me siento” amado?
¿Es un lugar
donde se entrega la verdad desde estructuras verticalistas, o se construye y comparte
comunitariamente a la luz de las Escrituras valorando y respetando opiniones y
posiciones diversas?
¿Cuán comprometido estoy con la Iglesia?
¿Es suficiente
con participar de las reuniones, ofrendar, diezmar?
¿Es suficiente
con la rutina que le he dado a mi vida de iglesia?
¿Me importan las
decisiones que se tomen, o no me molesta siempre y cuando no me afecten
directamente?
¿Cuál es mi compromiso con las diversas labores del cuerpo eclesial?
¿Qué tan relevante es para mí la vida comunitaria?
¿Lo veo como un
complemento, o es realmente un fundamento de mi fe?
¿Qué tan
consciente soy de las implicancias de pertenecer a algo que trasciende a mi
comunidad local?
¿Reconozco la
historia e identidad cristiana que me preceden, de la cual soy heredero y, por
lo tanto, tengo la responsabilidad de preservarlas?
¿Qué siento por los creyentes de otras comunidades, denominaciones y
religiones cristianas?
¿Qué pienso de
las tradiciones cristianas distintas a la mía (llámense católicos, ortodoxos, calvinistas,
pentecostales, etc.)? ¿Me da lo mismo lo que ellos piensan, creen o hacen? ¿Los
veo como enemigos, amigos, o me son indiferentes?
No hay
respuestas erradas, todo es válido e importante. Sin embargo te invito a que
resistamos el deseo de ofrecer respuestas previamente aprendidas, e intentemos
profundizar un poco más en la reflexión, con discernimiento.
La invitación
está hecha. Espero sus posibles comentarios, respuestas, e incluso preguntas. No
con el afán de ofrecer soluciones, sino simplemente como un espacio para dialogar y poder
compartir ideas.
Y eran fieles en
conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en
reunirse para partir el pan y en la oración. Hechos 2.42
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