SED DE SANGRE


¿Era necesario el derramamiento de sangre para ser salvos? ¿Necesita el dios cristiano de sangre para ofrecer perdón? ¿Qué diferencia esa necesidad de sangre con los sacrificios de otras religiones?

Estas y otras preguntas me estuvieron rondando después de un estudio de Cristología que tome hace unos meses. Y en vez de ofrecer los mejores versículos de la epístola a los Romanos para justificar la necesidad de la muerte del Cordero de Dios, quisiera ofrecer una mirada diferente, tal vez menos convencional, pero no por eso menos real, menos bíblica, menos cristiana.

Hago esto no con la intención de corregir el enfoque más tradicional sobre la necesidad de la muerte de Jesús para perdonarnos, sino de complementar. Tal vez alguno a esta altura podría pensar que no necesita una segunda lectura. Bueno, antes de que abandonen esta reflexión, déjenme mencionarles al menos dos necesidades que observo para sí hacerlo.

Primero, y tal como pregunté al inicio, esa necesidad de sacrificar, esa obligatoriedad por derramar sangre para recibir perdón divino se asemeja demasiado al concepto de redención de religiones paganas, donde se mataban incluso a recién nacidos con el fin de apaciguar el enojo de los dioses. Esto nos lleva a no considerar la verdadera relevancia y lo que distingue el sacrificio cristiano de las otras religiones.

Segundo, considerar este sacrificio sólo en términos penales, es decir, alguien debe pagar la deuda por nuestros errores, en la práctica muchas veces termina alejándonos de la persona sacrificada, pues es un concepto que para la humanidad es demasiado abstracto y difícil de creer en nuestras realidades. No piensen que busco desmerecer ese sacrificio, pero les pregunto sinceramente: ¿cuántas personas no creen en el mensaje que les hemos compartido al no considerarse necesitadas del perdón divino? Y es que suena extraño y lejano que alguien venga y te diga que necesitas ser perdonado por algo que tú no entiendes. Aquí me permito declarar que si el mensaje cristiano no es relevante aunque sea para una persona, entonces o nuestra fe es vana, o necesita ser repensada.

Entonces, ¿qué es lo que diferencia el sacrificio cristiano de las otras religiones? La respuesta es que Dios no necesita sangre para salvar, al estilo de los sacrificios de animales o incluso de seres humanos para calmar la ira de los dioses. El sacrificio de Jesús es necesario no como un fetichismo, sino que por medio de ese sacrificio Jesús vive los dolores humanos para así salvarnos de ellos. Y esto es algo magistral. La sangre derramada no es una simple fórmula para perdonar pecados, sino que es el camino que Dios toma para hermanarse con nuestros dolores y sufrimientos. Era necesario que Jesús fuera un varón experimentado en dolores porque sólo de esa forma Él puede acompañarnos en nuestros sufrimientos y salvarnos de ellos. Dios salva con el ser humano, no sin él. Dios salva a la humanidad, con la humanidad, y por la humanidad. Si antes decíamos que hay personas no creyentes que no sienten la necesidad de ser perdonadas por sus pecados, podríamos preguntarnos ahora: ¿habrá algún ser humano que no necesite ser acompañado y salvado de su sufrimiento?

No sé ustedes, pero esta idea me abrió una nueva perspectiva, una nueva comprensión de un Dios que aparece cada vez más cercano, más real, que quiere acompañarme, que me entiende en mis dificultades. Y todo esto lo hace porque él se hermanó con mis dolores. 

Por favor, no me malinterpreten pensando que quiero abolir la importancia del perdón de pecados, mi intención es sólo dar un poco más de perspectiva a esa idea para que la comprensión de nuestra fe sea menos abstracta pero más cercana y relevante a nuestras realidades, y no algo que vive exclusivamente en el mundo de las ideas y que al recibirlo debe ser replicado sin reflexión de por medio.

Por último, no olviden que acá comparto reflexiones, inquietudes que nacen desde los bordes de la religiosidad, de los márgenes del sistema. Sin duda que no hay ideas ni conceptos acabados, estoy en el proceso. Si quieres acompañarme, feliz leeré tus comentarios al respecto.

  

Comentarios

  1. Respuestas
    1. Sin duda. Tal vez no sea la gran novedad, pero es una idea un poco dejada de lado en la espiritualidad cristiana tradicional. Hay que darle más perspectiva para una mejor comprensión de la salvación y el sacrificio de Cristo.

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  2. Que reflexión, en ocaciones he tenido conversaciones con amigos no creyentes donde surge una pregunta similar, pero ¿Por que necesito el perdón de Dios?. Por lo menos para mi, resulta complejo de explicar mirando el modelo desde dentro, pero desde tu perspectiva se siente tan claro.

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    1. Quizás, para los que fuimos criados en la cultura del cristianismo, nos resulta difícil no entender a los demás por no entender lo que uno les puede decir con respecto a la salvación. El desafío está primero en seguir pensando nuestra fe, para luego dar razón de ella de manera seria y responsable, evitando los clichés y las frases hechas. Sin embargo, tampoco debemos pensar que al ofrecer respuestas más clarificadoras los no creyentes comenzarán a creer de una. Esto es un proceso, un caminar.

      Gracias por compartir.

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